Guerra Rusia Ucrania

Por Mario Passarini.

Los días 21 -22 de junio sesionó en Londres (RU) la Conferencia de la Recuperación y Reconstrucción de Ucrania.

Participaron más de mil CEOS (tomadores de decisiones) del sector público y privado provenientes de más de 400 Corporaciones, empresas multinacionales de varios países.

El Primer Ministro británico Rishi Sunak (multimillonario) actuó como organizador, contando con la presencia de Úrsula Von der Leyen (Presidenta de la Comisión Europea), Antony Blinken (Secretario de Estado de EEUU), la Ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Zelenski (Ucrania) lo hizo de manera virtual.

Resultados: quinientas empresas (corporaciones y multinacionales) de 42 países firmaron el “Pacto Empresarial de Ucrania” mediante el cual se comprometieron a realizar inversiones, incentivando el capitalismo de “Libre Mercado” y aumentar la política de sanciones y bloqueo comercial a Rusia, (impuestos desde 2014).

Participaron corporaciones como Nokia, Siemens, Sanofi, Hyundai, Uber, que se sumaron a tres actores claves: Black Rock, el fondo de inversión más poderoso a nivel mundial (acreedor de nuestro país) con activos de 9 billones de dólares y copropietario de decenas de miles de empresas; J.P. Morgan Chase, la mayor entidad bancaria de EEUU (activa protagonista durante la gestión de JxC en Argentina); McKinsey & Company, la consultora con más recursos financieros y vinculaciones políticas en el plano internacional. (1)

Ucrania se comprometió a profundizar su modelo neoliberal llevando a la práctica:

a) Profunda reforma laboral y un programa económico consensuado con el FMI y C.E.U.E. (Comisión Económica de la Unión Europea).
b) Eliminación de toda la legislación laboral que impida una profunda flexibilización, eliminación de indemnización, despidos, supresión del salario mínimo.
c) Privatizaciones de empresas públicas y privadas en áreas claves como químicas y energéticas, proceso ya iniciado que permitió la venta a estas corporaciones de las mayores 15 empresas estatales.

El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, quien pretende convertirse en el garante de la reconstrucción económica ofreciendo 4.000 millones de Libras (su moneda) en garantía de préstamos del Banco Mundial, en un proyecto multimillonario al que también se sumarán empresas aseguradoras británicas: AON y Lloyds.

Además la labor de relaciones conjuntas de Black Rock, JP Morgan Chase y McKinsey, varios gobiernos y grandes Bancos han anunciado que aportarán fondos.

Todos los préstamos serán reintegrables dentro de veinte años, endeudando así más a la ya destruida Ucrania.

Todos los préstamos devengarán intereses, Biden (EEUU) se comprometió a proporcionar más fondos (75.000 millones de dólares) en ayuda humanitaria y militar, pero la mayor proporción deberá destinarse a la compra de bienes y servicios producidos por empresas estadounidenses.

Por su parte la Unión Europea invertirá 80.000 millones de Euros (2024 – 2027) en iguales condiciones. El FMI y la C.E.U.E. serán actores y garantes de la devolución.

Así EEUU, RU y demás integrantes de la OTAN lograrán ganancias extraordinarias de un conflicto híbrido, que en lo militar (proveedor de armas) incluirá préstamos, provisión de bienes y servicios.

Extender el conflicto ha pasado a ser un objetivo de la OTAN, Ucrania pasará a ser controlada por corporaciones, el endeudamiento (que ya pasó de 130.000 millones de dólares), 75% del PBI, pasará a 190.000 millones de dólares a partir de 2024.

Además las potencias de la OTAN culpan a Rusia y argumentan que será quien pagará los daños de Ucrania, desgaste en lo militar y mayores sanciones económicas.

El Reino Unido ha construido un fondo de reserva mediante la utilización de activos rusos incautados y congelados en bancos británicos, cuyo valor asciende a decenas de miles de millones de Libras.

Lo mismo están haciendo EEUU y Canadá. La UE creará un nuevo impuesto sobre todos los activos rusos incautados, 3.000 millones de Euros por año.

Notas:

1) La crisis financiera de 2008 permitió la aparición de firmas dedicadas al manejo de carteras de inversión de instituciones y grandes fortunas individuales. Lo hicieron favorecidos por la ausencia de restricciones normativas y de regulaciones para su operatoria como las que tienen los bancos, Se presentan como gestores de capitales de terceros. Se dedican a colocar los millonarios capitales que recogen de sus clientes para comprar acciones, bonos corporativos, deudas soberanas. Esos fondos de inversión pasaron a ser los jugadores principales de la actual fase del capitalismo dominado por las finanzas a escala mundial.

Poseen un inmenso poder sobre gobiernos y gran influencia en los paquetes accionarios de las grandes empresas. Tienen vínculos estrechos con gobiernos de EEUU y Europa. Sólo tres (BR, Vanguard y State Street) son accionistas dominantes del 88% de las principales 500 empresas estadounidenses.

BR, probablemente el principal tenedor de deuda local, es también el fondo más grande del mundo. A su vez controla más de 2.700 fondos de inversión de distintos tipos, de los que el 65% son inversores institucionales, fondos previsionales de distintos países. También se cuenta entre los principales accionistas de grandes petroleras y en el top ten de siete de las diez productoras de carbón más grandes.

Tiene acciones de multinacionales como Coca Cola, Apple, Microsoft, General Electric y de las dos grandes agroquímicas de semillas y pesticidas Bayer – Monsanto que se unieron en 2018.La firma no sólo administra activos a través de Black Rock Solutions, trabaja con gobiernos, bancos centrales y grandes corporaciones en distintos rubros con los que monitorea un caudal de activos muy superior al que administra.

Recientemente se asoció con Fidelity, el fondo que intentó trabar la reestructuración de la deuda que dejó Juntos por el Cambio en la Provincia de Buenos Aires. Es propietaria de 17.000 empresas y especula en las Bolsas de Nueva York, Milán, Tokio, Frankfurt, entre otras.