Meta: ¿el nuevo capítulo de Black Mirror?
¿Por qué Facebook quiere cambiar de nombre?
Esta semana Mark Zuckerber sorprendió con una novedad que nos dejó recalculando. En principio podríamos decir que parecería ser una respuesta a la caída de sus servidores, la cual hace algunas semanas, imposibilitó el uso de sus aplicaciones y herramientas durante más de 6 horas, y su consecuente caída en la bolsa del 4 de Octubre. Por otro lado también se interpreta como el intento de la red social por cambiar la cara tras las filtraciones que demuestran que el algoritmo de Facebook promueve los discursos de odio y extremistas. Entonces, persiguiendo la intención de dar un giro en torno a su imagen, el hecho de cambiar el nombre y brindar un enfoque distinto, podría brindarle nuevos aires al conglomerado tecnológico. Pero acá estamos otra vez, y las noticias alrededor de Facebook vuelve a ser tendencia en redes y medios, pero ¿será la última vez que veamos a Facebook como tendencia?. Claro, muy probablemente sea la última vez ya que el nuevo nombre para la empresa que engloba: Facebook, Whatsapp e Instagram pasará de llamarse “Facebook Inc” a “Meta” (“Meta Universe”). Algo similar había sucedido con Google, que terminó convirtiéndose en una división de la mega empresa: Alphabet.
¿Y qué es el metaverso?
El concepto de metaverso apareció por primera vez en una novela de ciencia ficción, cuando en 1992 Neil Stephenson nombra dicho concepto en Avalanche (Snow Crash) para referirse a un espacio digital en dónde los usuarios interactúaban. Sin embargo, lo que realmente significa esta palabra es mucho más complejo, y va más allá de entornos digitales donde los usuarios pueden comunicarse, socializar, negociar, etc.
El metaverso es donde una persona física y su persona digital se convierten en una realidad unificada, es decir lo que le sucede a una repercute en la otra, y viceversa. Es un único universo, una única realidad, donde la virtualidad y la realidad física conviven y son parte del mismo cosmos. Pero esto en realidad no es algo nuevo, sino más bien que viene avanzando poco a poco. El metaverso involucra al público/consumidor como productor de contenidos: prosumidores (productores/consumidores). La pandemia, quizás profundizó esta transformación, este cambio de época, donde pasamos a ser espectadores aislados a este metaverso interactivo, dinámico, universal. Ejemplos de esto se pueden ver en los recitales del videojuego Fornite, y algo similar a lo que fue y es Second Life, Axie Infinity, Roblox, e incluso también se pueden ver tendencias relacionadas cuando se realizan compras online donde se permite hacer la prueba de ropa con realidad aumentada (AR), y como esos existen muchas alternativas diferentes de gamificación, etc. Hay quienes dicen que estamos sumergiéndonos en la era de la hibridación total, pasando de un mundo totalmente real, a un mundo donde el trabajo es semipresencial, las universidades consideran viable la semipresencialidad, etc, es decir, entornos para socializar, trabajar y jugar con otros, ganar criptomonedas, promover la utilización de NFTs.
Por lo tanto, el metaverso que propone Zuckerberg, es un espacio virtual 3D, en donde los usuarios de Facebook (aproximadamente unos 2.500 millones de usuarios) podrían realizar diferentes acciones virtuales interactuando con otras personas tales como reunirse, trabajar, hacer ejercicio, ir de compras, jugar, visitar amigos y familia. Y la compañía considera que algunas de estas funciones como la de reunirse virtualmente con otras personas, que no están en el mismo espacio físico, son acciones que ya venimos haciendo debido al contexto de la pandemia. Los usuarios contarán con la posibilidad no solo de conectarse a través de sus dispositivos móviles, sino también podrán hacerlo a través de la AR. En otras palabras, traspasar las pantallas y verse en otros lugares con otras personas, a pesar de que en realidad estas solo en una habitación.
¿Por qué relacionamos a Meta con Black Mirror? 🎬
Esta analogía (no tan distante) se encuentra muy relacionada con el capítulo de la serie británica Black Mirror, precisamente al capítulo “15 millones de méritos” (1×2), donde la AR fue la protagonista, y la existencia de una criptomoneda, la cual funciona como el respaldo económico de esa sociedad inmersa completamente en estas tecnologías. Pero en este caso la realidad supera la ficción. ¡No es un capítulo más de BlackMirror, es Meta de Facebook!.
Sin spoilear demasiado, te contamos que en este capítulo Bing Madsen (Daniel Kaluuya), un hombre que vive recluido en un centro cuasi prisión, totalmente cerrado, en donde su trabajo consiste en pedalear sobre una bicicleta mientras juega algún videojuego con la opción de visualizarse a través de su avatar. Ese pedaleo produce energía a cambio de “méritos”, una moneda virtual, o si se quiere criptomoneda que se utiliza para comprar alimentos, bienes y programas de entretenimiento. Así es como realizan distintas actividades a través de la pantalla y la virtualidad. Él vive en una habitación, similar a una habitación de recluso, donde las paredes son pantallas LED con las que se puede interactuar y ver anuncios, de los cuales podrán extraer información para usar sus méritos, y se encuentran totalmente vigilados continuamente de manera panóptica.
Y existe una alternativa a ese modelo rutinario de vida, donde se pueden volver personas reconocidas por la gente, es decir, estrellas, artistas, cantantes y ser contemplados por miles de personas (avatars), algo así como un show de talentos, denotando también un sistema sinóptico, en este caso. Por lo tanto, esta “oportunidad” (activada a partir de la generación del deseo insatisfecho constante), les permite salir de esas habitaciones pequeñas y “progresar” en términos de lo que ese sistema considera. Para llevar a cabo esto deben juntar muchos méritos. Y con respecto al parecido intencional a la cuestión de las criptomonedas, nos invita a relacionar una de las intenciones de lo que Zuckerber también quiere para Meta Universe, ya que hace un tiempo se dio a conocer la creación de Novi, la billetera digital de criptomonedas que ofrece el conglomerado tecnológico.
En definitiva es una sociedad compuesta por prosumidores, es decir personas que producen y consumen, y, por lo tanto, proveen de energía al sistema al tiempo que consumen el contenido que la industria del espectáculo les obliga prácticamente a devorar, lo cual aporta a mantener el status quo del capitalismo virtual.
Como en el resto de capítulos de Black Mirror, donde la crítica a la tecnología mal utilizada es parte de su concepto, en “15 millones de méritos” se cuestiona la adicción a las pantallas y a las interfaces, además de la dependencia del ser humano a estar conectado en todo momento a cualquier aparato tecnológico y, cuando es consciente de esto, finalmente interactúa con su alrededor. Además de estar meramente representado por un avatar, motivo por el cual no sale de ese lugar, sino que viaja, hace deporte, asiste a eventos, todo a través de la realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR) promovida por el sistema, algo similar a lo que pretende el metaverso para combinar el entorno físico con el virtual.
Pero ¿sabemos realmente en qué consiste esta transformación?
La estrategia de Zuckerber que consiste en desarrollar lo que se describió como metaverso tiene el objetivo de unir de manera más profunda lo virtual con lo real, como ya dijimos anteriormente, y la empresa estará apostando a dejar de usar celulares y computadoras, para pasar a tener avatares, hologramas que representen a sus usuarios y permitan vincularse con los demás. Por lo tanto, el objetivo principal sería diseñar un ecosistema digital donde los usuarios lleven a cabo un conjunto creciente de tareas y actividades, que desarrollan en la realidad. Para lograr esto, Facebook se ha hecho con la propiedad de distintos proyectos y empresas. Uno de los primeros pasos de Facebook en esta dirección fue la creación de Novi, la billetera digital de criptomonedas que ofrece el conglomerado tecnológico. Se fueron sumando al proyecto las nuevas tecnologías como la AR y VR, las cuales pueden estimular el desarrollo de dichos entornos por lo cual, Zuckerberg en 2014 incorporó Oculus, una startup de realidad virtual. Otra empresa que adquirió durante este tiempo fue CTRL-Labs, que desarrolla sistemas que reconocen las ondas cerebrales y las traducen como órdenes informáticas. En definitiva, en el Metaverso de Facebook, los usuarios podrían tener avatares que se trasladen de una plataforma a la otra, con activos propios, todo sostenido con la tecnología blockchain.
Conclusiones
Si continuamos con esta línea de razonamiento, lo que representa el capítulo de “15 millones de méritos” son las pantallas y los dispositivos que aprisionan a los personajes, por lo cual los insertan en un sistema inundado por el nuevo capitalismo tecnológico. En este caso, el sujeto parece encontrarse inmerso en un mundo virtual de pantallas, donde las actividades que realizan se ven representadas a través de avatares, y si analizamos profundamente se trata en sí, de una persona despersonalizada que ha renunciado, sin saber, a su dimensión corpórea.
De todas formas esta relación con este mundo distópico suena algo extraño, perturbador y que todavía desconocemos, al no saber por completo cuáles son todas las características de esta tecnología. Y su relación con la serie Black Mirror nos presenta esa incómoda y desagradable sensación de que sus condiciones de posibilidad se encuentran muy cercanas a nuestro presente. La serie nos ofrece una fuerte crítica precisamente a los tecno optimistas (que ya hemos descrito en otras notas), quienes están convencidos del futuro al que el desarrollo de la tecnología podría llevarnos. Este optimismo ceguero para con la tecnología termina vislumbrando una visión ingenua o cómplice en muchos de los casos. Tampoco se trata de observar y/o adoptar una perspectiva catastrófica, sino de entender que la utopía tecnológica feliz, esconde intenciones e intereses no tan felices.
Sin dudas, para que lo esté cambio importante que quiere realizar Zuckerber a partir del Metaverso no se convierta en un “verso”, dependerá de cuáles sean los costos y/o concesiones que el usuario debe ceder a cambio de estos nuevos servicios que profundizan la relación entre lo virtual y lo real. Si esto se concreta se daría inicio a una nueva etapa en el modo en que las NTICs comprenderán la interacción entre las personas.
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